Cuando cumplí 19 años tuve una experiencia que cambió mi forma de mirar el mundo y sobre todo el deporte:
“Hace ya algunos años, en los fines de semana de otoño a primavera en los que el rio era navegable, mi amigo Enrique, su padre y yo descendíamos en piragua el Eresma.
Recuerdo perfectamente la emoción adolescente de enfrentarnos a lo desconocido, de descubrir nuevos rápidos, enfrentándonos en cada descenso a una nueva aventura.
El corazón bombeando fuertemente, el agua fría salpicando en tu cara, la sangre retumbando en tus sienes, la adrenalina inundando tu torrente sanguíneo haciéndote más fuerte y más rápido para tomar buenas decisiones que te permitan, elegir la trazada perfecta que nos muestre como surcar la principal lengua de agua, aquella que nos aleja de las ramas, piedras, rebufos y demás peligros ocultos que el rio esconde.
Aquel día nos enfrentábamos por primera vez a los rápidos que se encuentran situados justo antes del barrio de San Lorenzo (en Segovia) por la estrechez del rio en este lugar sabíamos que solo teníamos una oportunidad de pasarlos sin problemas, no podíamos cometer ningún error; a pesar de la dificultad, Enrique y yo nos sentíamos confiados en navegarlos con éxito.
Enrique bajó primero y no tuvo problemas, era mi turno, con excitación y toda mi energía me lancé hacía la caída de agua, justo antes de entrar, la proa de mi piragua golpeó fuertemente contra una roca oculta, la embarcación giró 180º y entré de espaldas en el rápido.
La reacción “normal” es que me hubiera asustado mucho, pero algo sucedió dentro de mí, de pronto dejé de escuchar las instrucciones del padre de Enrique e incluso el sonido del rio, de alguna manera mi atención se sublimó y todo tenía sentido para mí, vi como el agua se movía a cámara lenta a mi alrededor y yo me encontraba calmado y sereno, no sé cómo ni porqué, pero sabía lo que tenía que hacer en cada momento y sin ninguna duda supe que lo conseguiría, clavé la pala, la piragua giró perfecta, pasé el rápido con éxito y todo mi mundo se aceleró golpeándome de nuevo el sonido y la velocidad.”
Después de vivir una experiencia tan especial como esta necesitaba entender que ocurrió dentro de mi y durante años busqué información al respecto en una carrera doble donde a través del deporte buscaba vivir de nuevo experiencias como aquella.
Y lo conseguí doblemente pues en diferentes deportes y situaciones encontré esa sensación y le pude poner nombre a ese "algo" que sucede a diario a miles de individuos en el ámbito del deporte, el trabajo, la danza, la música o en las más variadas actividades humanas, tanto es así que en 1990 Mihaly Csikszentmihalyi escribió “Flow, la psicología de la experiencia óptima” libro en el que analiza este tipo de experiencias e intenta dar con las claves que las producen.
Como decía viví estas experiencias “cumbre” saltando con caballos, corriendo por el campo (hace unos años se decía así en lugar de Trail running ;-)), esquiando, montando en bici, etc…
Pero por alguna razón y en determinadas competiciones deportivas comencé a sentir presión, estrés e incluso miedo escénico algo que me producía ansiedad y que hizo que estas experiencias de flujo o de “estar en la zona” desaparecieran.
Por cierto, no me he presentado y no quiero ser maleducado me llamo Alejandro González-Salamanca Pérez y aquí aparezco con mi familia! De la que estoy muy muy orgulloso ;-))))
Continúo con la historia.
El caso es que me sentía impotente ya que mis resultados eran peores a los que yo me merecía por mi habilidad en el deporte y esa frustración me puso en acción.
Hablé con los mejores deportistas que encontré, estudié muchos muchos libros, (recuerdo ser uno de los primeros compradores de amazon de diferentes libros en Inglés).
Miré videos, e incluso me formé como Coach!!!! Y finalmente conseguí que los resultados llegaran de nuevo…
Pero lo mejor de todo esto es que alcancé un gran dominio sobre mi estado emocional, entendiendo como alcanzar este tipo de experiencias de flujo por mí mismo.
Aunque no quedó aquí la cosa…
Durante muchos años este conocimiento me sirvió para disfrutar del deporte como un aficionado más.
En el año 2014 el camino de Ilya un joven boxeador y el mío se cruzaron y empezamos a trabajar con aquellas técnicas que hace unos años me fueron tan útiles en el proyecto estrella de su año, el Campeonato de España de Boxeo Amateur y adivinen que...
;-)))) Funciona!!!!!!
Ahora Ilya está en USA convirtiéndose en Pro…
Quizá pronto le veamos por la televisión.
Pincha en los siguientes enlaces y podrás acceder a artículos en mi blog que pueden ser útiles para que como Ilya consigas mejorar tus resultados Flow, Coaching deportivo, Ansiedad deportiva, Rendimiento deportivo.
Si quieres conocer más acerca de cómo trabajo pincha aquí, y recuerda que cada año solo trabajo con 7 y solo 7 deportistas.
P.S Los deportistas de élite trabajan su mente tanto como su cuerpo porque saben que la diferencia entre muy bueno y único esta aquí ;-)
Apuntate AQUÍ al webinar gratuito donde explico el sistema de 7 pasos concretos y claramente definidos que aplique con Ilya para que pensar y actuara como un campeón.
O...
Únete a la comunidad de Coaching deportistas, suscribete justo aquí debajo, Pincha en comentarios de Facebook y escribe tu correo!
¡Contacta con nosotros!
“Hace ya algunos años, en los fines de semana de otoño a primavera en los que el rio era navegable, mi amigo Enrique, su padre y yo descendíamos en piragua el Eresma.
Recuerdo perfectamente la emoción adolescente de enfrentarnos a lo desconocido, de descubrir nuevos rápidos, enfrentándonos en cada descenso a una nueva aventura.
El corazón bombeando fuertemente, el agua fría salpicando en tu cara, la sangre retumbando en tus sienes, la adrenalina inundando tu torrente sanguíneo haciéndote más fuerte y más rápido para tomar buenas decisiones que te permitan, elegir la trazada perfecta que nos muestre como surcar la principal lengua de agua, aquella que nos aleja de las ramas, piedras, rebufos y demás peligros ocultos que el rio esconde.
Aquel día nos enfrentábamos por primera vez a los rápidos que se encuentran situados justo antes del barrio de San Lorenzo (en Segovia) por la estrechez del rio en este lugar sabíamos que solo teníamos una oportunidad de pasarlos sin problemas, no podíamos cometer ningún error; a pesar de la dificultad, Enrique y yo nos sentíamos confiados en navegarlos con éxito.
Enrique bajó primero y no tuvo problemas, era mi turno, con excitación y toda mi energía me lancé hacía la caída de agua, justo antes de entrar, la proa de mi piragua golpeó fuertemente contra una roca oculta, la embarcación giró 180º y entré de espaldas en el rápido.
La reacción “normal” es que me hubiera asustado mucho, pero algo sucedió dentro de mí, de pronto dejé de escuchar las instrucciones del padre de Enrique e incluso el sonido del rio, de alguna manera mi atención se sublimó y todo tenía sentido para mí, vi como el agua se movía a cámara lenta a mi alrededor y yo me encontraba calmado y sereno, no sé cómo ni porqué, pero sabía lo que tenía que hacer en cada momento y sin ninguna duda supe que lo conseguiría, clavé la pala, la piragua giró perfecta, pasé el rápido con éxito y todo mi mundo se aceleró golpeándome de nuevo el sonido y la velocidad.”
Después de vivir una experiencia tan especial como esta necesitaba entender que ocurrió dentro de mi y durante años busqué información al respecto en una carrera doble donde a través del deporte buscaba vivir de nuevo experiencias como aquella.
Y lo conseguí doblemente pues en diferentes deportes y situaciones encontré esa sensación y le pude poner nombre a ese "algo" que sucede a diario a miles de individuos en el ámbito del deporte, el trabajo, la danza, la música o en las más variadas actividades humanas, tanto es así que en 1990 Mihaly Csikszentmihalyi escribió “Flow, la psicología de la experiencia óptima” libro en el que analiza este tipo de experiencias e intenta dar con las claves que las producen.
Como decía viví estas experiencias “cumbre” saltando con caballos, corriendo por el campo (hace unos años se decía así en lugar de Trail running ;-)), esquiando, montando en bici, etc…
Pero por alguna razón y en determinadas competiciones deportivas comencé a sentir presión, estrés e incluso miedo escénico algo que me producía ansiedad y que hizo que estas experiencias de flujo o de “estar en la zona” desaparecieran.
Por cierto, no me he presentado y no quiero ser maleducado me llamo Alejandro González-Salamanca Pérez y aquí aparezco con mi familia! De la que estoy muy muy orgulloso ;-))))
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El caso es que me sentía impotente ya que mis resultados eran peores a los que yo me merecía por mi habilidad en el deporte y esa frustración me puso en acción.
Hablé con los mejores deportistas que encontré, estudié muchos muchos libros, (recuerdo ser uno de los primeros compradores de amazon de diferentes libros en Inglés).
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Aunque no quedó aquí la cosa…
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En el año 2014 el camino de Ilya un joven boxeador y el mío se cruzaron y empezamos a trabajar con aquellas técnicas que hace unos años me fueron tan útiles en el proyecto estrella de su año, el Campeonato de España de Boxeo Amateur y adivinen que...
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Ahora Ilya está en USA convirtiéndose en Pro…
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P.S Los deportistas de élite trabajan su mente tanto como su cuerpo porque saben que la diferencia entre muy bueno y único esta aquí ;-)
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