En 1978 un joven jugador de baloncesto, que apenas superaba el metro ochenta de estatura, no fue seleccionado en el mejor equipo de su Instituto, este doloroso suceso proporciono el combustible necesario para que, años después, este jugador cambiara la historia del baloncesto mundial, escribiendo una de las más bonitas páginas de historia de la NBA, su nombre era Michael Jordan reconocido por muchos como el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos.
Cuando fui cortado del Equipo, aprendí algo, supe que nunca más me quería sentir así de mal, así que me fijé como objetivo el ser aceptado en el equipo colegial, fue en esto en lo que me enfoqué durante todo aquel verano, cuando trabajaba en mi juego era todo en lo que pensaba, cuando finalmente conseguí este objetivo, me fije un nuevo objetivo, un objetivo razonable, algo que de forma realista pudiera alcanzar…
Intelectualmente la mayoría de los fumadores entiende que fumar tiene consecuencias negativas para su salud, pero no es hasta que realmente “saben”, toman conciencia e integran en lo profundo de su ser este conocimiento que toman la decisión de no volver a fumar.
En ambos casos la motivación nacida para evitar el dolor, ya sea este un dolor físico o un dolor emocional detona una serie de acciones cuya consecuencia es un resultado positivo.
El placer actúa de una forma similar aunque en sentido contrario, cuando sentimos bienestar, alegría diversión y cualquier otra clase de situación placentera, queda registrado en nuestro cerebro un camino neuronal dentro de la gran red de conexiones de nuestro cerebro, cuyo recorrido ha sido placentero para nosotros, algo que nos hace querer recorrerlo una y otra vez para generar esa sensación de nuevo.
Es por todo lo mencionado anteriormente que es importante tomar conciencia de cuáles son las razones por las que hacemos las cosas en nuestra vida, pues en el nivel más básico, nuestro comportamiento se reduce a la búsqueda del placer o la evitación del dolor.
Cuando no somos conscientes de estos mecanismos, nuestra vida está determinada por nuestra programación inconsciente de “Placer y Dolor”. Así, si queremos ser exitosos como emprendedores o como deportistas, en nuestras relaciones o en cualquier ámbito que se nos ocurra, debemos entender cómo utilizar dichos mecanismos en nuestro beneficio, pues resta decir que no siempre aquello que nos hace sentir placer es positivo para nosotros o viceversa.
Podemos utilizar sensaciones negativas para evitar comportamientos que no nos hacen bien, por ejemplo en el caso de no estudiar en un examen la sensación de desasosiego de no “Tener ni idea” nos puede ayudar a preparar con fuerza el siguiente examen. Y las positivas para potenciar un comportamiento que nos ocasione un dolor momentáneo, como en el caso del atleta que sabe que el esfuerzo de correr un kilómetro más le convertirá en un mejor deportista en el futuro.
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